8 Jun · angela · No Comments
Si eres de los que elige los juguetes para tus peques por su valor educativo te gustará descubrir todo lo que puedes hacer con los juguetes tradicionales.
Cuando pensamos en juguetes para niños la gran mayoría de las veces nos viene a la cabeza el bombardeo publicitario que sufrimos año tras año cuando se acerca la Navidad. Los que tenéis niños sabéis bien de que hablo: da igual si el peque ve la tele sólo media hora al día, seguro que la mitad de ese tiempo se lo pasa viendo niñas vestidas de rosa jugando con muñecas rosas y niños emocionados con sus súper coches o naves.
Desde pequeños los niños se convierten en consumidores de publicidad y acaban deseando con todas sus fuerzas ese juguete que ha visto en la tele, o del que los amigos le han estado hablando. Los padres, en nuestro afán de satisfacerlos, acabamos comprando juguetes que se pasan el tiempo cogiendo polvo y con los que juegan sólo los primeros días.
Da igual lo concienciados que estemos o lo dispuestos a no tirar dinero a la basura, siempre nos quejamos de tener juguetes que no sirven para nada, no aportan diversión ni aprendizaje, tan sólo el placer de poseer algo que los demás puede que no tengan.
Esta fue una de las razones que me llevó a mi búsqueda de juguetes con esencia, juguetes que con derecho propio se hayan ganado su nombre, puesto que un juguete debe permitir el juego y no ser un artículo de exposición. Y de esta forma descubrí www.juguetestradicionales.com.
www.juguetestracionales.com es un proyecto familiar que pretende que los adultos de hoy se reeencuentren con el niño del ayer. Para ello, se dedica a la búsqueda y unión en un mismo espacio de todos aquellos juguetes que marcaron nuestra infancia, preparados para ser adquiridos y compartidos con aquellos que quieren seguir siendo niños.
Todos estos juguetes tienen la característica fundamental de ser juegos funcionales y que cumplen los dos requisitos indispensables en el juguete: divertir y aprender.
Si hay algo que me entusiasma de este tipo de juguetes es la cantidad de actividades que se pueden realizar con ellos. Muchas veces, cuando me planteo adquirir un juguete, acabo rechazándolo por que sólo se puede jugar en una dirección marcada y con unas instrucciones definidas. Es cierto que los juegos de normas pueden ser adecuados cuando vamos creciendo, pero si nos fijamos en la primera infancia debemos analizar la capacidad de adaptación del juguete a las necesidades del niño. Creo que la mejor forma de entender este concepto es mostrando un ejemplo de cómo un juguete es capaz de crecer con el niño y con sus conocimientos.
Puesto que el juguete que tenemos entre manos es un reloj, nos ha parecido una fantástica idea encontrar 12 actividades que el niño puede realizar a medida que va creciendo y adquiriendo nuevos saberes.
Con esta actividad se trabaja la pinza distal y la pinza proximal, dos de los principales objetivos de la psicomotricidad en la primera infancia. Además se desarrolla la coordinación óculo – manual, así como la espacialidad, el equilibrio, la longitud o el tamaño.
Encajando cada pieza en el sitio correcto trabajamos todos los objetivos nombrados en la actividad anterior, aunque aumenta la dificultad y surgen otros conocimientos como por ejemplo «lo imposible» – si no es su sitio no va a encajar – o el reconocimiento de formas a través de la percepción visual.
A través del círculo central en el que aparecen los distintos colores, el niño puede buscar la pieza correspondiente. Esto le permite colocar las piezas omitiendo otras informaciones que aparecen como pueden ser los números o las formas. Debemos tener en cuenta que el hecho de no saber denominar los colores no significa que no los conozca o no los distinga, por lo que es una actividad que se puede realizar desde muy pequeños.
El siguiente paso en el conocimiento de los colores sería nombrarlos. Es cierto que la semejanza de algunos colores entre sí puede complicar esta tarea, al menos durante los primeros años de vida, pero podemos aprender a designar aquellos colores más «comunes», como por ejemplo los colores primarios o las mezclas de dos: rojo, azul,amarillo, naranja, verde, morado,rosa.
Una actividad que suele gustar a los niños es la de dibujar las siluetas. La variedad de formas que nos ofrecen las piezas nos permite realizar estos dibujos y buscarles un sentido. Es cierto que esta actividad no se puede realizar exclusivamente con el juguete, puesto que necesitaremos papel y lápices para ponerla en marcha, pero las piezas tienen un papel fundamental en ella, por lo que consideramos que es digna de tener en cuenta.
A la misma vez que aprendemos la designación de los colores, podemos ir aprendiendo a contar. El conteo es, posiblemente, la primera adquisición matemática. Cuando un niño aprende los números suele aprenderlos como un concepto separado de los demás, es capaz de reconocer en número 2, pero no entiende que ese número va entre el 1 y el 3. A través de este reloj podemos trabajar la correlación de la secuencia numérica, ya sea poniendo las piezas en el orden correcto o jugando a la pieza infiltrada – otra prueba más de que podemos buscar actividades adaptadas al niño a medida que éste va creciendo -.
De la misma forma que los niños son capaces de conocer y distinguir colores antes de saber nombrarlos, las formas se muestran ante él con características específicas y distinguibles. Si ofrecemos a un bebé un prisma y un cilindro de madera, pronto observaremos como es capaz de aprender que el cilindro rueda y el prisma no. Este descubrimiento puede ser fruto de la casualidad o de la prueba- error, pero nos indica que el niño percibe las características de ambos objetos. A través del reloj podemos ayudar a designar las formas sencillas, como por ejemplo la estrella, el corazón, el cuadrado, el rombo, etc.
La clasificación es algo que se va adaptando a los conocimientos del niño. Con los niños más pequeños podemos clasificar las piezas según su forma, atendiendo por ejemplo a si tienen puntas o no. Otra clasificación sería si el número que aparece tiene una o dos cifras. La clasificación puede atender a muchos conceptos, por ejemplo, con niños más mayores que están adquiriendo conocimientos artísticos, la clasificación puede realizarse atendiendo a si los colores son cálidos o fríos.
Si hablamos de estimulación sensorial, es evidente que debemos trabajar la percepción sensorial en todos sus ámbitos. Podemos utilizar nuestro reloj para que los niños reconozcan las formas con los ojos cerrados. Iremos señalando el hueco que queramos y el niño debe ser capaz de encontrar la pieza adecuada dentro de un saco y sólo utilizando el tacto. Con ello favorecemos la capacidad de adaptación del niño a un medio desconocido.
Como podemos ver, el niño va creciendo y el reloj nos sigue ofreciendo actividades adaptadas a su edad. Un ejemplo puede ser el de encontrar piezas con los colores inversos, es decir, si una de las piezas tiene el número en color rojo sobre fondo azul, debemos encontrar la pieza con el número azul sobre el fondo rojo. Esta actividad es muy positiva para la concentración y para la percepción visual, puesto que nos obliga a «olvidarnos» de otros estímulos como puede ser la forma para centrarnos en el estímulo adecuado «color».
Tratándose de piezas de números, no podemos dejar la oportunidad de aprender sumas y restas sencillas. El hecho de que el reloj disponga de huecos que pueden quedarse vacío nos hace esta tarea mucho más visual, puesto que si estoy en la pieza 5 y tengo que retroceder dos huecos, veremos que nos quedamos en la pieza 3, o lo que es lo mismo 5 – 2 = 3.
Es evidente que tratándose de un reloj, una de sus funciones primordiales sería la de aprender las horas. El reloj dispone de manecillas de horas y minutos, así como un completo rosco para seguir el paso del tiempo minuto a minuto. El hecho de que venga señalado cada 5 minutos ayuda mucho a entender el funcionamiento del reloj, de la misma forma que podemos mostrar claramente «media hora» o » un cuarto». A la hora de trabajar el tiempo podemos mostrar el movimiento de las manecillas del reloj siempre hacia el mismo lado, lo que nos indica que el tiempo es unidireccional, avanza siempre, nunca puede retroceder.
Como habéis podido observar, trabajar con juguetes tradicionales nos abre todo un mundo de posibilidades. Si bien es cierto que existen juguetes modernos que pueden sorprender por su versatibilidad, lo que más me convence a la hora de adquirir este tipo de juguetes es la calidad de los acabados. Recordad que un juguete no sólo debe ser divertido, sino que además debe ser seguro, resistente y duradero. Esto implica, entre otras cosas, puntas redondeadas, madera pulida que impida que haya astillas y peso adecuado. Si te ha gustado este juguete y quieres conocer otros con similares características pincha AQUÍ
Si tienes otras formas de sacarle partido a este reloj no olvides dejarnos tu comentario, nos encantará conocerlas.
Deja un comentario