Durante las primeras semanas de vida la visión es muy limitada, aunque puede distinguir luces de sombras y contrastes, y hacia los tres meses ya puede centrase en la intensidad de los colores. Es hacia los tres años cuando los niños empiezan a distinguirlos y a decantar sus gustos hacia uno u otro color, es entonces cuando siente la necesidad de designarlos y empieza a aprender los nombres.
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