Si a los peques les encanta dibujar, ¡imagina su cara al ver que pueden reproducir su propio dibujo una y otra vez! Hacemos grabados a partir de un dibujo.
Un grabado es una técnica de impresión que supone un trabajo previo sobre una superficie a la que llamamos matriz y de la que podemos obtener diferentes copias mediante presión.
Para hacer un grabado necesitamos, en primer lugar, obtener una matriz a la que aplicaremos pintura, de esta forma obtendremos tantas copias de nuestro dibujo como queramos.
Fabricamos la matriz.
En primer lugar vamos a dibujar aquello que queremos convertir en un grabado. Mis peques han dibujado una mariquita, una flor y un podio.
Es preferible que hagamos dibujos grandes, con pocos detalles, ya que las pequeñas cosas se confunden al grabar con esta técnica.
Con la ayuda de un adulto, repasamos el dibujo con la pistola de silicona de forma que quede en relieve. Esperamos a que se seque para pasar a grabar.
Los grabados
Ponemos pintura sobre la matriz.
Trasladamos el dibujo al papel poniéndolo boca abajo y presionando levemente
Así lo han pasado nuestros Divers
¿Qué hemos aprendido?
Con el dibujo libre del futuro grabado hemos puesto en marcha nuestra imaginación y despertado la creatividad. Hemos trabajado la espacialidad, ya que era imprescindible que el dibujo estuviese centrado, de forma que la pintura no se escape de nuestra matriz. Hemos conocido una forma diferente de dibujar y que utilizar el mismo dibujo muchas veces nos proporciona muchas copias del mismo. Hemos realizado mezclas de colores, obteniendo uno nuevo: con el azul y el rosa hemos conseguido pintura morada. Hemos aprendido que nuestro dibujo estaba hecho de líneas, que hemos repasado con la silicona para crear un «relieve». Hemos estimulado la percepción a través del tacto, puesto que hemos comprobado que el dibujo no se podía distinguir antes de poner la silicona, pero sí después de hacerlo.