DIARIO DE MAMÁ

Mi niño tiene autismo

1 Abr · angela · No Comments

Diario de mamá: mi niño tiene autismo.

S. es mamá de un niño con autismo que lucha día a día para que su su niño y otros como él tengan la vida que merecen. Así descubrió que su niño tenía TEA.

Hace bastantes años que tengo relación con una de esas súper mamás que son capaces de poner el mundo patas arriba para que su peque tenga una vida como la que merece, una vida de niño que siente y que sufre, que observa, que aprende y, sobre todo, que vive a tope todo lo que sucede a su alrededor.

S es mamá de un niño con autismo, un niño que ha luchado día a día por superar las barreras que el trastorno le va poniendo, pero sobre todo que ha nadado a contra corriente en un mundo que camina en una sola dirección y que suele dejar rezagados a los que se paran a contemplar el camino o a los que lo miran con otros ojos. M. es un niño feliz, basta con verlo reír cada día al entrar al cole, correr a la fila, hablar – dice su madre que no calla ni un segundo- y aunque no lo creáis M. ¡Está en nuestro mundo! (a pesar de que la Rae sigue afirmando que un autista vive encerrado en su mundo) M. juega con otros niños, ríe a carcajadas, empieza a entender los dobles sentidos, va contento a la escuela, le gusta que le abracen. M. es un niño, sin más, con sus características propias como las de cualquier otro.

Lo que más le duele a S. de la situación es la desinformación que existe sobre el autismo. Recuerdo en un cumple cuando una persona le dijo ¿lo puedo tocar? Hay tantos mitos sobre el autismo que la normalización es una utopía. Por esta razón queremos compartir un artículo de esta súper mamá, el primero de su blog TEAdoromarc, en el que nos cuenta cómo una madre cualquiera de un lugar cualquiera se va dando cuenta poco a poco de que su hijo la necesita y en el que nos cuenta cómo se enfrentan ellos al día a día con el TEA.

Síntomas e inicios

Marc pasó un primer año bien, aunque no conseguía algunos de los ítems correspondientes a su edad, pero me decían que no me alarmara.
Para mí era un niño muy tranquilo, muy buen niño. Apenas lloraba, se conformaba dónde le pusiera (hamaca, parque de casa, suelo….) y nunca protestaba. Comía muy bien, aunque desde siempre rechazó la fruta.
 Si me llamaba la atención el interés por sus juguetes, o más bien, la falta de interés. No hacía mucho caso y si le hacía a alguno era para apretarlo con las manos o pasárselo por delante de los ojos.
Más que juguetes prefería ver dibujos balanceándose con su hamaca. Terminar de leer el relato…

Category: Consejos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *